Está muy de moda qué las personas dediquen su vida o parte de ella al desarrollo de un negocio propio. Siempre ha sido así, pero ahora con mucha más fuerza, gracias a la globalización y al mundo digital. Es muy común escuchar que alguien está emprendiendo o se defina como emprendedor, lo que nos lleva a buscar una definición del emprendedurismo.
El emprendedurismo se conoce como la habilidad para crear, administrar y ejecutar proyectos que puedan materializar ideas en negocios, productos y servicios. El concepto también está ligado a la capacidad para implementar cambios en las compañías ya existentes, mejorando su modelo de negocio y creando nuevos intereses y márgenes de ganancia.
Aunque es común, el emprendedurismo no es un tema tan sencillo como se escucha. Es cierto que todos los proyectos inician a partir de una idea, pero se requiere mucha constancia y dedicación para lograr el éxito. Vamos a revisar en qué consiste realmente el emprendedurismo, qué persigue y cuáles son los requisitos para adentrarse en su mundo.
Como dijimos anteriormente, el emprendedurismo es la habilidad para crear, administrar y ejecutar proyectos que puedan materializar ideas en negocios, productos y servicios. Por otra parte, se vincula este concepto con empresas que ya existen, cuando se aplica a la implementación de cambios y mejoras en su funcionamiento.
Dentro del mundo empresarial el emprendedurismo es entendido como la creación de soluciones a problemas existentes, la mutación de negocios y su evolución, el cambio de los procesos y los modelos para hacerlos más rentables. Además de todas las iniciativas que vayan en dirección a un crecimiento del mercado para generar impacto.
Recuerda que el objetivo de todo negocio es generar mayor utilidad.
Una de las características del emprendedurismo es que está identificado como una oportunidad para el desarrollo profesional. Cuando surgen nuevos negocios que van dirigidos a la satisfacción de ciertas necesidades, los emprendedores pueden aprovechar este nuevo rubro para crear negocios específicos, tanto para el consumidor como para apoyar y proveer el mismo modelo de negocio.
El consultor norteamericano Steve Cobak creó una ecuación que explica el emprendimiento, esta es:
Emprendedor + capital = productos + clientes = negocio.
El emprendedor tiene que contar con una inversión y no solo se trata de capital financiero, sino también de tiempo. Además, lograr el éxito va a implicar que se identifique y se ofrezca una solución y que sea totalmente diferente a lo que ya existe en el mercado. De esta manera se podrá conocer cómo va a impactar ese negocio en la vida real de sus clientes y por qué lo van a preferir en lugar de la competencia o de lo que ya existe.
Ya desde 1945, el concepto comenzaba a ganar terreno en el mundo académico de los negocios, el análisis empresarial, la economía y las finanzas, desarrollado por el economista estadounidense Joseph Schumpeter. Él lo dio a conocer como el punto de la teoría de la destrucción creativa. Esta establece que quienes se dediquen al emprendedurismo deben contar con tres habilidades fundamentales
El concepto fue evolucionando de la misma manera que prevé el crecimiento de los negocios. Posteriormente, Robert Hisrich define el emprendedurismo como un proceso mediante el cual se crea algo nuevo y valioso. Para ello, hay que dedicar tiempo y esfuerzo, asumir los riesgos tanto económicos como sociales y psicológicos, buscando la meta de la obtención de ganancias tanto personales como financieras.
Un ejemplo básico de emprendedurismo en estos tiempos es la creación de Facebook. Se trató de un modelo de negocio que requirió tiempo y esfuerzo, que incluye innovación y elementos totalmente diferenciadores en el mercado, que implicó una gran cantidad de riesgos y que generó a sus creadores una gran cantidad de ganancias en ambos sentidos.
Lo más importante del ejemplo de Facebook es que es un emprendimiento que todavía está evolucionando constantemente.
Con la base del concepto del emprendedurismo, el emprendedor es quien lidera la creación de estas innovaciones, además de convertirse en un promotor de la evolución de los negocios. También es un explorador de nichos de mercado no aprovechados. El emprendedor tiene una característica fundamental y es que no limita esta filosofía a su negocio, sino que la asume como un estilo de vida.
Hay algunos ejemplos de a quién se puede calificar como emprendedor y es quien:
En todos estos casos, hay un elemento fundamental para garantizar que ese proyecto en el que se está emprendiendo sea exitoso y esta es la constancia.
Un emprendedor tiene varias características que son fundamentales, pero algunas destacan sobre la mayoría estas son:
Claro que, si hablamos de un concepto que establece la transformación de los negocios como parte de su ADN, es un concepto que ha evolucionado con el paso del tiempo. Además, que surgen diferentes conceptos dentro de la misma definición básica. Se considera que hay tantos tipos de emprendedurismo como mercados se han explorado. Algunos de los tipos más comunes son:
Es quizá uno de los más populares porque involucra todo tipo de negocios que se realizan desde el punto de vista virtual. Aquí se incluye no solo el ecommerce, sino también el desarrollo de las APP y las redes sociales.
El comercio electrónico minorista ha crecido sensiblemente en los últimos años. La reciente pandemia del coronavirus fue un impulso para todos aquellos vendedores a través de internet, gracias a la restricción de interacción personal.
Este tipo de emprendedurismo va al interior de las empresas, pues su objetivo es la promoción de la evolución del negocio y la mutación de los procesos productivos a través del desarrollo de mejoras. Esto permitirá la generación de nuevas soluciones que permitan evitar las consecuencias de ciertos problemas.
Un elemento fundamental del emprendedurismo corporativo es que se desarrolla en empresas que mantienen criterio de comunicación horizontal, con comunicación e intercambio de ideas.
Esta es la forma más tradicional del emprendedurismo porque agrupa la creación y desarrollo de empresas comerciales como se han conocido siempre. En este sentido, volvemos al ejemplo de la pandemia, en la que se generó todo un mercado relacionado con los equipos de protección personal para evitar el contagio. Lo que antes era un tema exclusivo de cierto tipo de negocios, se convirtió en un elemento global de uso cotidiano.
El emprendedor debe identificar cuál es el límite posible de una contingencia que produzca negocio para evitar que se presenten pérdidas.
Alejado del modelo de negocio tradicional, el emprendedurismo social se encarga de generar nuevas formas y mejoras para el desarrollo y ayuda de las comunidades. Un foco fundamental del emprendedurismo social es la atención de las comunidades vulnerables.
La especificidad de cada marco de acción del emprendedurismo social hace que estas iniciativas logren ser muy exitosas, obteniendo financiamiento colectivo de organizaciones más grandes e incluso de donaciones individuales.
Tiene una directa vinculación con el emprendedurismo social, pero está relacionado con actividades que buscan la defensa y la preservación del medio ambiente. De la misma forma que el social, el emprendedurismo verde es muy específico en sus objetivos.
Por ejemplo, aunque Greenpeace se dedique a la defensa de la naturaleza, su acción está dirigida a la lucha contra la contaminación. Mientras que la WWF está enfocada en la atención directa a las especies animales amenazadas.
Está ligado a la promoción de la mujer en puestos de poder, tanto en organizaciones como en gobiernos. Están interesados, en particular, en que las mujeres tengan redes de conexiones profesionales, el apoyo de proyectos creados por mujeres y las oportunidades sin distingo de género.
En este modelo de negocio no existen los socios, sino que se trata de personas dedicadas por sí mismas a generar y gestionar su modelo de negocio. Un caso muy común es el de los influencer, que generan contenido para redes sociales, cuidan su imagen y van en sintonía con sus postulados. Son su propia empresa y su marca.
Este es un modelo basado en la unión de varios emprendedores con objetivos comunes. Por ejemplo, en Perú hay un ejemplo de la unión de artesanos para llevar sus productos a nivel nacional e internacional, obteniendo mejores precios y una promoción más adecuada.
Algunas prácticas muy comunes a la hora de comenzar a emprender son las siguientes:
Este es un paso clave. Se llega al analizar todas las posibilidades, buscando comprender cuál es la que tiene más sentido con la idea original.
Algunas de las preguntas generales que se pueden hacer para definir la actividad son:
Al responder estás interrogantes podrás determinar cuál va a ser la actividad a la que te vas a dedicar.
Este es un punto de honor de los emprendedores. Tu negocio tiene que ser diferente al del resto, tanto en forma como el fondo. Para llegar al elemento diferenciador tienes que hacer un buen análisis del mercado y de tus oportunidades.
Buscar asesoría entre expertos que puedan dar su opinión sobre tu proyecto es muy importante, porque te permitirá saber si la idea que tienes, tiene sentido para los demás. La única excepción es cuando se trata de procesos creativos y exclusivamente en personales, que no se pueden compartir con nadie sin estar registrados.
Por más pequeño que sea el proyecto vas a necesitar una inversión, así que tendrás que hacer un plan financiero con costos, punto de equilibrio, ganancias y cuáles van a ser tus métodos de financiamiento. También puedes ayudarte con socios e inversores.
El funcionamiento de tu empresa, el relacionamiento entre empleados directivos y socios, la colaboración horizontal, y que todos se involucren en el proceso productivo como un equipo es fundamental para que tu emprendimiento crezca y evolucione.
Puede ser ejecutado por cualquier persona, teniendo objetivos claros y la constancia para persistir aun cuando todo parezca que va a salir mal. Es la mejor forma para llevar adelante tus proyectos. ¡Atrévete!
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